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Esto es lo que tenés que hacer para que los niños tengan un buen descanso

Dormir bien

Algunos consejos y tips para que los chicos de la casa duerman felices…y los adultos también.

La energía de los niños suele ser imparable. Lo único que quieren es jugar, correr y saltar la mayor parte del día y así terminan pasándolo, en ocasiones hasta bien entrada la noche. Es que pareciera que nunca se van a agotar y hasta se pelean con el cansancio cuando llega, negándose a dormir o queriendo retrasar la hora de la cama lo máximo posible.

Esta inagotable curiosidad y fuerza es una de las cosas que más disfrutan los padres de sus hijos: observarlos crecer y ver cómo descubren el mundo con asombro, cómo se divierten y aprenden de todo lo que sucede alrededor de ellos.

Por supuesto, esta experiencia es hermosa y cansadora en partes iguales. ¿A quién van a preguntarle absolutamente todo, contarle nuevos hallazgos y hazañas o a pedirle que juegue con ellos? A papá o mamá. Y está claro que ésta es una actividad de tiempo completo, sin muchas pausas o recreos.

Por eso, construir hábitos saludables de sueño con tus hijos es muy importante para el descanso de toda la familia. Si ellos duermen bien vos también, porque estás tranquilo sabiendo que están a salvo, recargando sus baterías para vivir una nueva jornada llena de aventuras y aprendizaje. 

Inculcarles desde pequeños que el buen descanso es importante para su bienestar es algo fundamental. Que comprendan por qué es necesario acostarse en ciertos horarios, o por qué no pueden mirar televisión hasta dormirse es ayudarlos a establecer rutinas que les serán muy útiles durante toda su vida.

Pero esto no es “soplar y hacer botella”, como reza el dicho. ¿Qué cosa lo es en la crianza de los niños? Es una tarea por momentos sumamente ardua, pero colmada de amor y ternura. ¡Y de miles de momentos ridículamente divertidos!

Por todo esto, en este artículo vas a encontrar algunas herramientas con las que organizar la hora de dormir, buscando mantener una rutina que le sirva a los integrantes de la familia y que contemple las horas que todos necesitan para descansar.

Quizás haya que batallar un poco -o bastante- para establecer horarios y actividades que preparen a todos para dormir. Quizás los chiquitos quieran jugar con los pijamas en vez de ponérselos, tener las luces prendidas “un ratito más”, que les leas uno o dos cuentos extra o usar la cama para saltar en vez de dormir.

Los niños y un buen descanso

Tip # 1: Establecer horarios personalizados

Pero no te preocupes, a veces se gana, a veces se pierde y a veces, se negocia lo suficiente para llegar a una tregua. Y de eso se tratan estos trucos: de lograr que la hora de dormir sea un momento placentero y beneficioso para todos.

¿Qué? ¿Qué cada uno de los chicos tenga su propio horario para ir a la cama? Sí, leíste bien. Te puede resultar un poco descabellado (¡o demasiada burocracia doméstica!) pero es algo que recomiendan muchos pediatras y que puede resolverte unos cuantos problemas.

Como todas las personas en el mundo, los niños y adolescentes tienen su propio reloj interno. Necesitan entre nueve y once horas de sueño para descansar completamente, por lo que es necesario que observes los patrones de descanso de los tuyos y los dejes dormir el tiempo que les haga falta.

Otro rasgo a tener en cuenta es si tus hijos tienden a ser más nocturnos o si disfrutan mucho de las mañanas. Esto también es completamente personal y cada uno de ellos puede instintivamente sentirse más cómodo con un horario o con el otro. 

Está claro que no vas a dejarlos despiertos toda la noche o que se levanten a las seis de la mañana si no es necesario. La escuela es un gran ordenador de las actividades de tus hijos, así como tus horarios de trabajo, por lo que no siempre es posible acomodarlo todo según estos parámetros, pero sí es importante contemplarlos a la hora de definir una hora de dormir ideal para cada quién. 

Lo mismo sucede con la hora de levantarse. Pensalo con éste ejemplo: tu hijo tiende a ser más un búho y sentirse más activo o concentrado por las noches. Naturalmente, le gusta dormir por las mañanas. Si sus actividades y las tuyas comienzan al mediodía ¿Es necesario levantarlo a las 7 am?

Nuevamente, estos horarios dependen de otros factores y no siempre se puede elegir. Si no queda otra que madrugar tendrá que hacerlo, pero quizás puedas acomodar sus actividades junto a él o ella para que construya el hábito de dormir una pequeña siesta revitalizadora. El tiempo suficiente para alcanzar la cantidad de horas que necesita y retrasar un poco el momento de irse a dormir por la noche.

Tené en cuenta que la siesta, si se establece como hábito diario, no interfiere con el sueño nocturno. Para ello, es central que todos los días suceda a la misma hora, incluyendo sábados y domingos, y que no duerma más de una hora y media, siempre sumándose a la cantidad de horas de sueño necesarias para llegar al total recomendado.

Lo más importante es definir hábitos que contemplen, dentro de lo posible, las características de tus hijos y sostenerlas consistentemente hasta que se naturalicen. Por eso, los fines de semana no deberían ser la excepción porque, de lo contrario, dificultarían mantener la rutina de lunes a viernes. Si lográs horarios que no varíen más de una hora vas a reducir considerablemente el estrés pre-escuela que experimentan muchas familias por las mañanas. 

Los niños y un buen descanso

Tip #2: “Rituales” antes de acostarse

Todo el mundo se queja, al menos alguna vez, de la rutina. Pero la realidad es que, construidas con criterio, pueden ser extremadamente beneficiosas. Dicen que la práctica hace al maestro y las rutinas consistentes lo demuestran, porque enseñan sobre disciplina y constancia diarias.

Además, la rutina no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento. Al contrario, puede ser un hábito de diversión, cuidado y amor propio.Cualidades que posiblemente quieras que tus hijos cultiven y desarrollen para toda la vida.

En ese sentido, definir cierto ritual nocturno basado en el confort, la relajación y en la creación de una atmósfera especialmente diseñada para el descanso, es una herramienta que ayudará a tus hijos a descansar mejor y dormirse más rápido, no sólo cuando son pequeños sino probablemente para toda la vida.

Cenar a determinada hora, jugar juegos tranquilos, darse un buen baño o ducha caliente, beber una taza de té, lavarse los dientes, contar un cuento y después acostarse puede ser una posible rutina nocturna para toda la familia. Pueden crearla como más les guste, pero siempre teniendo en cuenta que todo está destinado a relajarse para dormir plácidamente.

Recordá que es recomendable suspender el uso de pantallas al menos dos horas antes del horario de cama. Las luces azules de los smartphones, computadoras o tablets influyen en el ritmo circadiano y pueden mantener a tus hijos despiertos hasta por una hora extra intentando dormir, si las usan justo antes de acostarse.

Tip #3: Mantener una temperatura agradable

Además de la luz, el calor o la falta del mismo también influye en la producción de melatonina, la hormona encargada de generar sensación de sueño. Por eso, regular la calefacción de la habitación así como la cantidad y calidad de sábanas y frazadas puede permitirle a tus hijos descansar mejor.

Al contrario de lo que muchos podrían pensar, no se trata de generar mucho calor en el ambiente o abrigar más a los chicos por las dudas. Lo ideal es que tengan pijamas y sábanas de algodón, ya que es un material que permite la correcta respiración y ventilación del cuerpo, y mantener la temperatura del cuarto rondando los 20 grados.

Los niños y un buen descanso

Tip #4: Repelente casero contra los monstruos 

Las pesadillas o los miedos nocturnos suelen dificultar la capacidad de los niños de relajarse y dormir cómodamente. Ayudarlos y acompañarlos en sus temores les permitirá ir superándolos con el tiempo, pero para ello es necesario conversar al respecto las veces que haga falta.

Si asegurarles constantemente que nada malo pasará y que están a salvo no parece funcionar, siempre podés recurrir a otras opciones, como un juguete en la cama que los “proteja”, alguna luz tenue y cálida que quede prendida o rociar la habitación con “repelente para pesadillas”, así podrán dormir felices esta noche.

Un dato vital: No converses sobre estos miedos, monstruos o fantasmas en la cama justo antes de dormir. Esto puede asustar todavía más a tus hijos. Es preferible que toquen el tema durante el día para buscar la mejor solución.

Estos tips pueden contribuir a que toda la familia tenga un vínculo saludable y prioritario con el descanso. Los buenos hábitos alrededor del sueño, con el objetivo puesto en relajarse, disfrutar y dormir mejor se traducen en días con mayor energía, vitalidad y alegría para seguir jugando, explorando y creciendo juntos.