Para los fanáticos del buen descanso, el colchón es uno de los elementos más importantes de la habitación y por tanto es necesario asegurarse de que esté protegido ante posibles roturas o manchas. Aquí es donde gana protagonismo el protector, un accesorio que no se ve pero que tiene múltiples beneficios, y en este artículo te los vamos a contar.
A la hora de dormir y tener un descanso reparador es esencial adecuar el ambiente: buenas luces, ventilación, espacio, muebles y un colchón que sea la verdadera promesa del relax asegurado. Si sos de los que elige minuciosamente el colchón por su tamaño, firmeza y hasta por tu peso, seguramente también sos de los que lo cuidan como un tesoro. No creas que tus sentimientos para con el colchón son raros, porque verás en este artículo que el cuidado del mismo nos llevará a conocer un nuevo elemento que será de gran utilidad: el protector.
Como lo hemos mencionado en otros artículos de este blog, los colchones tienen una vida útil de entre 8 y 10 años, dependiendo de la calidad del mismo pero sobre todo de nuestro cuidado. Para mantener la higiene, el confort y las propiedades del colchón existen algunas piezas que en la mayoría de los casos no se tienen en cuenta como parte de la cama, pero que se agregan con el fin de prolongar esa vida útil.
Entre las opciones se encuentran los protectores que ayudan a mantener tu colchón en óptimas condiciones para que duren más tiempo y, en definitiva, para mejorar la calidad de tu descanso.
Los protectores de colchón son similares a las fundas, se colocan entre el colchón y la sábana y tienen la misión de actuar como barrera para evitar el deterioro que puedan producir factores externos.
¿Por qué es importante contar con un protector de colchón? Aquí te enumeramos algunas de las ventajas:
- Protege tu cama de los agentes externos que puedan dañar el colchón como el polvo, la humedad, los ácaros y cualquier tipo de líquido.
- Alarga la vida útil del colchón porque al protegerlo ayuda a que se mantenga en buen estado, no se deteriore y dure más tiempo.
- Contribuye con la prevención de alergias de ácaros que se manifiestan a través de ronquidos, falta de aire, nariz tapada o asma. Al contar con un protector evitas que las partículas de piel muerta que liberamos cuando nos movemos favorezcan la producción de ácaros, ya que es de lo que se alimentan.
- Lavable y reutilizable, el protector se lava y se vuelve a colocar cuando se cambian las sábanas para conservar la limpieza y mantener las condiciones óptimas de descanso.

Accesorios para las sábanas para el buen descanso
Las sábanas son una parte fundamental de la ropa de cama, pero en algunas ocasiones pueden ser una molestia a la hora de dormir porque se salen de los rincones del colchón. Estas incomodidades son las que, por lo general, dificultan el buen descanso. Nadie quiere despertarse a media noche con las piernas enredadas en las sábanas.
Para evitarlo, existen diferentes trucos que podés implementar:
- Usar cintas elásticas: son largas bandas elásticas que se ajustan al colchón. El tamaño de la cinta dependerá de tu cama.
Las cintas van por encima y por debajo del colchón. Primero se coloca una banda, tenes que buscar el mecanismo de cierre que está en cada lado de la cama y deslizar la cinta por uno de los lados en la parte superior del colchón. Ahora se pasa por arriba y por abajo. Ir del otro lado y empujar la cinta hacia abajo. Debe quedar a unos 30 cm por debajo del colchón.
Hacer lo mismo con la otra banda elástica. Colocar las sábanas como lo haces normalmente. Una vez puestas, pulsar los botones para que se ajuste el cierre. Éstos funcionan como seguros, por lo que debe ir uno en cada traba. Ajustarlos por encima de la sábana.
- Usar tirantes: van por debajo de las esquinas de las sábanas y sirven mantenerlas en el lugar. Por lo general tienen un cierre de plástico o de metal con un botón del otro lado. Se aseguran en las esquinas a 15 cm de las costuras exteriores. Después colocar las sábanas como lo haces habitualmente y hacer que los tirantes queden por debajo del colchón.
También podés hacerlos vos mismo, con un elástico que funcione como tirante. Debe ser de 2,5 cm de ancho y de 15 cm de largo aproximadamente. Una vez cortado el elástico, marca el lugar en el que va a ir en cada lado de la costura de la esquina del colchón. Estira los bordes de la sábana de manera que queden 15 cm de tela estirada, no arrugada.
Marca la longitud de la sábana con un alfiler en cada punta y pincha con él el elástico a la sábana ajustada. Sujeta los extremos del elástico en cada una de las marcas para mantener juntas las esquinas. Hacer lo mismo con todas las puntas y tender la cama. Podés coserlo para asegurarte.
- Colocar antideslizantes: va uno debajo de cada esquina del colchón, su adherencia mantiene fijas las sábanas.
La gomaespuma también puede servir de antideslizante, y es algo que podés hacer en tu casa.
- Agregar una sábana más: una forma de que la sábana no se corra es colocando una sábana más áspera por debajo de ésta. Una tela como la franela puede ayudar a que las sábanas de seda o lisas que tienen tendencia a salirse, no lo hagan.
- Elegir bien el tamaño de las sábanas: las sábanas deben ser las adecuadas para nuestro colchón y aunque que sean las adecuadas no asegura que no se salgan, puede ayudar a que se mantengan las sábanas en su lugar.
Pero no perdamos de vista el tema que nos convoca, sino, otra vez quedamos enredados en las sábanas. Una vez que resolvemos este inconveniente, es momento de elegir el protector ideal.
Tipos de protectores de cama
Después de elegir cuál es el colchón adecuado a tus necesidades, es el turno de definir qué protector te conviene más. En general, tienen buen precio y son fáciles de reemplazar.
Es importante que el tamaño del protector de colchón sea el adecuado y se adapte al mismo. Te vendrá bien saber que estos se clasifican según la resistencia a los agentes externos y el material con el que se fabrican:
- Protectores clásicos: son los más comunes, pueden ser simples o acolchados. Son transpirables, ofrecen comodidad y son ideales para camas con bajo riesgo de filtraciones de líquidos. Se recomienda utilizarlos en la cama de los adultos.
- Protectores impermeables: son los que más se aconsejan. Ofrecen protección para manchas y filtraciones de líquidos de alta intensidad. Son más duraderos e higiénicos. Se recomienda incluirlos en las camas de niños, adultos mayores y personas que sudan con frecuencia.
- Protectores hipoalergénicos: ofrecen una gran protección al colchón y a nuestra salud, ya que cuentan con una barrera anti alérgica que evita la acumulación de polvo, ácaros, hongos y bacterias.
- Protectores acolchados: garantizan comodidad a la hora de dormir, están rellenos con fibras naturales como puede ser el algodón. Su protección se centra en la parte superior del colchón que es la que más sufre con el uso diario de tu colchón.
- Protectores no acolchados: son impermeables y se ajustan bien al colchón, solo que no cuentan con relleno para garantizar comodidad.
El material con el que se fabrican los protectores de colchón juega un papel importante porque contribuirán al confort y la seguridad de la cama. En la etiqueta que llevan se puede ver cuál es su composición.
En líneas generales los protectores se fabrican con tres tipos de materiales:
- Algodón 100%: estos protectores ofrecen suavidad y comodidad, aportan frescura y son hipoalergénicos por lo que podrás descansar tranquilo.
- Poliéster 100%: así como los que se fabrican con algodón, no dan calor por las noches y son hipoalergénicos.
- Tencel: estos protectores que contienen fibra celulosa natural aportan máxima absorción, suavidad y son muy transpirables.
En el momento de elegir el protector adecuado suma conocer estos datos, pero también tener presente cuáles son tus necesidades de descanso, es decir, qué necesitas que te brinde el protector además del colchón.
Por ejemplo, para el dormitorio de un niño será más adecuado un protector impermeable y de algodón, para los que buscan comodidad un protector clásico sería el apropiado y para los que padecen de alergias u otra patología relacionada los hipoalergénicos son los ideales.

¿Cuál es la diferencia entre un protector y un cubrecolchón?
Se diferencian por el grosor que tiene cada uno. El protector es igual que una sábana y son siempre impermeables, mientras que el cubrecolchón es más grueso y acolchado y pueden ser impermeables o no depende de los materiales con los que se fabrican.
Tanto el protector como el cubrecolchón se utilizan para proteger y alargar la vida útil del colchón. Además se pueden ajustar a colchones con un grosor máximo de 31 centímetros; y son fáciles de sacar y lavar.
¿De qué manera se limpian los protectores de colchón?
Se recomienda lavarlos cada vez que se cambian las sábanas o por lo menos una vez al mes con el fin de mantener la higiene y limpieza del mismo. Se debe configurar un programa para ropa delicada y no usar lavandina, aunque sí podrás usar un detergente neutro.
Es importante que las temperaturas de lavado estén entre 30 y 40 grados y no planchar ni enjuagar en seco. Si necesitas quitarle o evitar olores fuertes podés usar un poco de bicarbonato o vinagre.
De igual manera, te aconsejamos mirar siempre la etiqueta que lleva el protector en la que se indica cómo lavarlo y qué cosas no hacer.
La elección de un buen colchón es un tema muy importante para quienes privilegian el buen descanso, por tanto la elección del protector adecuado debe estar en sintonía con esa búsqueda. En definitiva, proteger el colchón es cuidar aquello que nos asegura el momento más preciado y colaborar con una forma más de prolongar su vida útil.
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