La lactancia y el descanso son dos aspectos difíciles de conciliar, sobre todo durante el puerperio. Te contamos cómo las siestas cortas pueden ser la solución.

La lactancia y el descanso no siempre van de la mano.
La atención constante por las necesidades del bebé hace que sea difícil encontrar momentos para descansar, y al final del día las energías (y la paciencia) son casi nulas.
Por esta razón, en este artículo queremos compartirte sobre las siestas cortas.
Una excelente opción para recuperar las fuerzas que necesitás para ocuparte de tu bebé, sin perder el buen ánimo durante el periodo de lactancia.
Importancia del descanso durante la lactancia y por qué es común el agotamiento
Si bien la experiencia de la crianza es única y particular para cada mamá, hay razones en común que provocan el agotamiento.
Una de ellas es que el bebé tiene un ciclo de sueño muy corto.
Al despertarse seguido durante la noche, ya sea de hambre o por otras necesidades, la mamá sufre de un sueño liviano, entrecortado y poco reparador.
Por otro lado, es un periodo de mucha demanda física y emocional, tanto durante el día como por la noche.
Alimentar al bebé, cambiar los pañales, llevarlo en brazos o consolarlo, agota cualquier cuerpo.
No atender a la necesidad de un descanso adecuado, se manifiesta con mal humor, poca paciencia y, por qué no, la culpa de querer hacerlo bien y no poder con todo.
Algunas razones para dormir bien durante el periodo de lactancia son:
- Ayuda al cuerpo a recuperarse luego del esfuerzo físico que implican el parto y la lactancia.
- Refuerza el sistema inmunológico, que luego del parto puede debilitarse por la falta de sueño.
- Permite renovar los ánimos para enfrentar las dificultades de la crianza.
- Permite una producción de leche más saludable.
El último punto es indispensable: cuando la mamá duerme mal, el aumento de hormonas como el cortisol y la adrenalina, interfieren en la producción de leche.
La baja producción puede provocar hambre en el bebé y mucho estrés, preocupación y presión social en la mamá por amamantar.
Si algo así te está pasando, lo mejor es tranquilizarte. Tu bebé estará bien en la medida que te perciba calma y amorosa.
El pequeño puede contar con otras alternativas válidas y saludables que lo alimenten y sacien. Pero tu afecto y conexión es única e irremplazable para él.
¿Cómo recuperar energías con siestas cortas?
La lactancia y el descanso pueden conciliarse mejor si tomás varias siestas cortas durante el día.
Cuando hablamos de siestas cortas nos referimos a períodos de sueño que duran entre 10, 20 y 30 minutos.
A pesar de su breve duración, alivian el cansancio y son un buen impulso para continuar el día con más energías.
En esta sección te contamos algunas claves para que puedas ponerlas en práctica con éxito.
1. Ajustar las siestas cortas al horario de sueño del bebé
Antes de fijar un horario para tus siestas, observá el patrón de sueño del bebé.
Para eso, preguntate: ¿En qué horarios duerme? ¿Cuándo sus periodos de descanso son más largos y profundos?
Esto te dará una pista sobre los momentos que te conviene acompañar el sueño del bebé con tu siesta corta.
Además, te recomendamos mantener una rutina diaria de siestas, que mejore la calidad del sueño del niño y también la tuya.
2. Crear un ambiente propicio al sueño
Para que ambos concilien el sueño rápidamente, es bueno crear un ambiente tranquilo, oscuro y cómodo.
Prepará la habitación antes de tomar la siesta: cerrá las cortinas, aclimatá el lugar, apagá los equipos electrónicos como la televisión y acomodá la cuna.
De esa manera, evitás que haya estímulos que te distraigan y despabilen. Realizar técnicas de relajación.
3. Realizar técnicas de relajación
Tu sueño depende de cómo duerma el bebé. Por eso, probá distintas técnicas de relajación para ayudarle a conciliar el sueño.
Algunas ideas para que el pequeño duerma rápido son:
- Intentá tranquilizarte para no estresar al bebé. Mantener la calma ayuda a ambos a relajarse.
- Paseá al bebé junto con una manta de apego que le brinde seguridad y comodidad.
- Arrullá al bebé con un sonido repetitivo y suave, o también con ruido blanco.
- Masajeá suavemente al bebé. Podés ayudarte con una loción.
Observá cuál estrategia es la más apropiada para tu bebé y hacela tu aliada a la hora de dormir.
4. Buscar apoyo en la familia
Recordá que el cuidado de un hijo es compartido. Contá con la ayuda del papá y otros familiares y amigos de confianza que puedan acompañarte.
No supongas que las personas a tu alrededor entienden lo que estás pasando y el agotamiento que sentís.
Es fundamental que expreses tus necesidades y pidas ayuda en tareas concretas. Incluso si es necesario que puedan cocinarte, limpiar la casa o atender al bebé mientras vos dormís.
Contá con una red de apoyo que te brinde confianza y seguridad en la tarea de ser mamá.

Conclusiones
La relación entre lactancia y descanso es central para el bienestar de la mamá y el bebé.
Si estás atravesando esta etapa, te recomendamos:
- Mantené una rutina de siestas con el bebé
- Intentá sincronizar tu siesta corta con el sueño del bebé
- Buscá apoyo familiar para las distintas tareas de la crianza
- Practicá técnicas de relajación para que el bebé se relaje
Siguiendo estos consejos, seguro vas a poder descansar mejor y sentirte con la energía necesaria para atender a tu bebé.
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