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¿Qué soñamos y por qué hablamos dormidos?

Dormir bien

En el mundo del sueño hay muchas parasomnias distintas. Apretar los dientes, despertar y caminar en medio de la noche, sufrir apnea y hasta hablar son algunas. Aquí descubrirás más sobre esta última, la somniloquia, la parasomnia que explica por qué hablás dormido y qué pasa cuando lo haces.

Una de las parasomnias más comunes, es decir, un trastorno en la conducta del sueño breve y episódico es la noctilalia o somniloquia, que es hablar en voz alta dormido. Entre las parasomnias están el sonambulismo, los terrores nocturnos o el despertar confundido, por ejemplo. 

Es muy común escuchar a los niños hablar dormidos, pero también puede suceder en personas adultas. Hablar dormidos es muy típico de la infancia y de la adolescencia aunque esto puede persistir o volver a aparecer en la edad adulta. Se cree que no tiene consecuencias para la persona que lo padece, excepto para los que duermen cerca que pueden asustarse o despertarse con el relato en voz alta de la persona que lo padece.

La somniloquia o el motivo por el que hablamos dormidos puede ocurrir tanto en la etapa REM (o de Movimientos Oculares Rápidos) o No-REM. Se cree que puede afectar hasta el 10% de la población adulta y entre 50 y 80% de los niños.Como es una parasomnia que puede aparecer tanto en la etapa del sueño como en la de los sueños transitorios, no se conoce aún si afecta directamente al cerebro.

Lo más regular es que esta parasomnia aparezca en las primeras horas de sueño, donde el sueño es más profundo y que vayan desapareciendo a medida que transcurre la noche. En la fase REM lo que sucede es que pueden reproducirse sonidos sin sentido o reproducirse las frases del sueño en voz alta. No importa si se está soñando con distintos personajes, cada oración será reproducida.

El mayor cuidado que quien lo padece debe tener es que puede llegar a responder preguntas que le haga la persona con la que duerme. Desde las travesuras que hiciste alguna vez hasta lo que no le contaste nunca a nadie. En la noctilalia la sinceridad sea, quizás, muy abrumadora. Los niños pueden llegar a reproducir situaciones que vivieron ese día o cosas de la vida cotidiana con un gran nivel de detalle.

Sin embargo, ni niños ni adultos lograrán recordar al día siguiente qué es lo que sucedió, que dijeron, cómo lo dijeron o qué sintieron. Recordarán el sueño o partes de él pero no lo que expresaron.

man in crew neck t shirt lying on bed

Una parasomnia en todas las fases del sueño

En la fase REM aparece el sueño más profundo y es cuando los músculos y las cuerdas vocales están inactivas porque está actuando otra parte del cerebro que es la que da lugar a lo que sucede en el descanso. Una de las funciones de dormir es fortalecer el sistema inmunológico, por ejemplo, o descartar toda la información que no es necesaria y guardar los recuerdos importantes.

Si estos músculos y las cuerdas vocales se ponen en funcionamiento por unos pocos segundos, se pueden reproducir palabras y pensamientos coherentes durante el sueño. Así es posible confesar lo que no que se podía o que los niños relaten una travesura que hicieron en el día.

En la fase No-REM, que es en la que ocurren sueños llamados transitorios porque es la etapa en la que podés estar en cierta vigilia, medio despierto, esto es lo que permite que hables. Se trata de un momento breve, también, y en el que es más probable que se mencionan frases o palabras sin sentido o que se hagan sonidos inteligibles.

Por qué hablamos dormidos

Es una tarea un poco complicada determinar si hablas o no dormido porque si no dormís solo, tu acompañante de cama probablemente dormirá a tu par. Pero si tenés dudas, podés dejar un grabador encendido toda la noche y luego chequear qué sucedió. O, acudir a un centro especializado y someterte a un estudio de sueño.

Cuando la somniloquia es crónica se la considera un trastorno del sueño, especialmente en adultos. Si aparece luego de los 25 años puede estar asociada a otro problema de salud y por eso debe consultarse con un especialista. Si bien es un trastorno que disminuye con el aumento de la edad, puede ser muy molesto e impedir un correcto descanso.

Se cree que se debe a muchos picos de tensión, de estrés, cansancio físico y mental, situaciones límites y poca respuesta de relajación. En la vida cotidiana la mayor parte de las personas sufre tensiones provocadas por el trabajo, la familia, el estándar de vida. Esto provoca en el cuerpo un estado de alerta constante, como si estuviera todo el tiempo en peligro y le impide poder relajarse cuando lo necesita.

Entre otras cosas, ese estado puede provocar somniloquia. Otro factor que puede causarla es la genética. Si se investiga la historia familiar es probable que generaciones anteriores hayan padecido el mismo trastorno. En otras ocasiones y solo en personas adultas, puede aparecer relacionado con otros trastornos del sueño como el sonambulismo o la apnea.

Cómo en todo estado de salud, la alimentación influye mucho en el desempeño de este trastorno. El consumo de alcohol, drogas, alimentos ultra procesados en exceso, poca ingesta de agua o frutas son factores que aumentan la ansiedad y el estrés, por lo que pueden causar episódicamente.

También puede ser un factor determinante de la somniloquia el ejercicio físico muy exigente. Se recomienda no ingerir abundante comida ni realizar ejercicio cerca de las horas de sueño para preparar el cuerpo y que este pueda relajarse. Cualquier incentivo sumado a la vida álgida de las ciudades, al poco espacio que cada uno tiene para estar consigo mismo y al poco tiempo que se le brinda al descanso, son contraproducentes a la hora de dormir.

Algunos hábitos de relajación 

Si la somniloquia aparece por hábitos poco saludables como falta de sueño, exceso de alimentos y bebidas estimulantes, puede desaparecer si se realizan los cambios que el cuerpo necesita para descansar bien.

En cualquier caso, los especialistas de sueño siempre recomiendan establecer rutinas nocturnas que preparen el cuerpo y el sistema nervioso para el descanso. Puede ser no ingerir alimentos ni realizar ejercicio dos horas antes de acostarse. 

Practicar algunas técnicas de relajación que involucren el pranayama, estiramientos suaves, bajar la intensidad de las luces de la habitación y escuchar música tranquila, leer o darse un baño reconfortante con agua tibia son otras opciones.

Hay incluso técnicas de meditación guiadas o aplicaciones para el celular que ofrecen la lectura de cuentos para ir a dormir que pueden ser tanto para niños como para adultos. Se trata de relatos especialmente creados para inducir al sueño y que funcionan en la mayoría de las personas. Opciones hay, lo importante es probar hasta dar con la que mejor te siente. 

En el caso de los niños, si tuvieron un día muy estresante, se puede hablar con ellos sobre lo sucedió antes de que se duerman y tratar de calmarlos. Hablar de lo que los estresa puede ayudarlos a dormir relajados.

En el caso de los adultos sucede algo parecido. Si no puedes sacar de tu mente lo que sucedió durante el día, si sigues preocupado por la noche o no pudiste tener la conversación que deseabas o resolver algo que te importaba, puedes hablarlo con alguien antes de ir a dormir para que no tenga tanta relevancia a la hora del descanso.

Lo que sientas que te hace bien es el mejor camino. Es importante, de todas maneras, saber que cuando se llevan hábitos de vida poco saludables, tratar de cambiarlos puede ser un poco difícil al principio. Lo que se necesita es perseverar y realizar pequeñas acciones diarias para poder revertir la situación. 

Si la somniloquia se debe a un trastorno episódico desaparecerá. Si no, debes consultar con un especialista para que determine que puedes hacer. Que no te avergüence, es un trastorno de sueño muy común y puede ser tratado.