Lograr que los niños duerman en un horario prudente puede ser toda una odisea. Desde el momento en que les toca ir a la cama y hasta que logran conciliar el sueño se vive una combinación de estados que van de la tranquilidad a la desesperación con tal de conseguir el objetivo. En este artículo compartimos algunas medidas para implementar que contribuirán en construir una rutina favorable.
Descansar bien es fundamental en muchos aspectos, principalmente para estar saludables, pero también para tener un estado de ánimo óptimo durante el día que nos permita concentrarnos. La falta de sueño afecta a todas las edades, pero en los niños cumple una función reguladora y reparadora en el organismo, y en el desarrollo del cerebro.
En los niños el sueño es importante porque restaura los procesos corporales que se desgastan durante la vigilia y facilita que el cerebro asimile y ordene todo lo aprendido durante el día.
Es decir, que la falta de sueño puede generar en los niños problemas de salud, alteración en el estado de ánimo y dificultades en lo cognitivo.
Algunas condiciones facilitarán que los niños puedan dormirse y hacerlo de corrido sin interrupciones. La habitación cumple un rol fundamental, debe ser un lugar que propicie el descanso. Debemos tener en cuenta la temperatura de la misma, que no interfiera ningún ruido externo y que esté a oscuras para que el cerebro comprenda que es hora de dormir.
También la ropa de cama debe ser la adecuada. Las sábanas deben ser livianas y el pijama holgado pero que mantengan la temperatura del cuerpo adecuada.
En cuanto al colchón, es importante que se elija uno con las medidas correctas para que el niño pueda moverse con libertad y hacer cambios de postura. Además, debe ser un colchón confeccionado con una tela térmica, que no le genere ni calor ni frío, con tratamiento antiácaros, con firmeza y que le brinde confort.

¿Qué medidas tomar a la hora de dormir a los niños?
Así como de pequeños se aprende a andar en bicicleta o a escribir, también se aprende a dormir. Para lograr una rutina del sueño, los padres deben tener en cuenta una serie de medidas y cuáles son las necesidades de los niños que van a mejorar su calidad del sueño.
- Dormir debe ser una prioridad en la familia: como adultos, los padres deben dar un buen ejemplo a sus hijos, ser un buen modelo a seguir. Estar despierto toda la noche para hacer la tarea o trabajando no es darle un buen ejemplo. El sueño debe ser una prioridad para los padres y que los niños entiendan que es parte de un estilo de vida saludable.
- Mantener una rutina diaria: De la misma manera en la que hacemos que los niños respeten el horario de las comidas, del juego o de las tareas, se deben respetar los horarios para acostarse y despertarse, y para la siesta. Es importante establecer una rutina antes de dormir que puede ser: cepillarse los dientes, leer un libro y dormir. Cada padre encontrará la mejor rutina, pero debe tener en cuenta que ésta se pueda aplicar en cualquier lugar y no sólo en su casa.
- Estar activo durante el día: los niños deben realizar actividades en el día, como ejercicio físico o jugar al aire libre. Esto hará que puedan conciliar el sueño fácilmente ya que descargaron energías por la mañana o por la tarde. Antes de dormir los niños deben tener tiempo para relajarse y descansar, por eso las actividades fuertes deben hacerse por lo menos 3 horas antes de acostarse.
- Evitar o reducir al mínimo el acceso a la televisión o a los dispositivos electrónicos: unos 30 o 60 minutos antes de la hora marcada para ir a dormir se debe evitar estar frente a una pantalla. Se recomienda apagar o sacar de la habitación los dispositivos electrónicos para prevenir interrupciones del sueño o que si se despiertan los niños por la noche se desvelen con el celular, la Tablet o el televisor.
- Cuidar la alimentación de su bebé: en el caso de los bebés, el agua es una buena opción. Cualquier otro líquido como fórmula, jugos o leche puede causar caries en el bebé y que le genere problemas digestivos. Además, no debe darle alimentos sólidos al bebé antes de los 6 meses de edad ya que su sistema digestivo no podrá digerirlo y tendrá dolor de estómago, lo que dificultará el sueño prolongado del pequeño.
- Estar atento a las actitudes del niño: es importante que se preste atención a cómo se comportan los niños durante el día, si se ven alterados o demasiados cansados o no pueden prestar atención. En los momentos en que no está al cuidado del niño puede pedirle a quien lo cuide o a los maestros si es que está en edad escolar, que estén atentos a cualquier cosa que les llame la atención y se los comunique.
- Aprender a identificar los problemas del sueño: estar atento a cómo actúan los niños durante el día y sobre todo a la hora de dormir hará que se pueden detectar qué problema de sueño tienen. Las alteraciones de sueño más comunes de los niños son: dificultad para conciliar el sueño, despertarse durante la noche, roncar, resistirse para ir a dormir, apnea del sueño y respiración ruidosa y pesada mientras duermen.
- Establecer un entorno para el sueño seguro: es importante bajar la intensidad de las luces de la habitación de los niños antes de ir a dormir y controlar la temperatura de la misma. Además, no debe llenar la cama del niño con juguetes, osos de peluche o mantas de apego, solo uno de ellos se puede dejar para disminuir la ansiedad de separación.
Adoptar e implementar de a poco estas medidas y tener en cuenta las necesidades de los niños a la hora de dormir, no solo mejorará su descanso también ayudará a los padres. Si los niños duermen temprano o no despiertan varias veces en la noche, los padres podrán dormir mejor y se levantarán renovados al día siguiente.
En caso de dudas debe consultar con el pediatra, para discutir los hábitos y los problemas del sueño de los niños ya que en su mayoría pueden ser tratados. El doctor puede pedirle que controle y anote cuál es la rutina del sueño de su hijo para sugerirle diferentes alternativas para mejorar la calidad del sueño del niño.

¿Cuánto deben dormir los niños según la edad?
Las horas de sueño en los niños depende de la edad, incluyendo la siesta deben dormir la siguiente cantidad de horas:
- Los recién nacidos necesitan de 16 a 20 horas de sueño diario.
- Los bebés de tres meses necesitan de 14 a 15 horas diarias de sueño.
- Los bebés de seis meses requieren unas 14 horas por día, siendo entre 10 y 12 horas por las noches, y entre 2 y 4 horas de siesta.
- Los niños de 2 años deben dormir entre 12 y 13 horas con una hora o tres de siesta.
- Los niños de 3 años de vida necesitan dormir de 10 a 12 horas diarias, y una siesta de al menos 20 minutos.
- Los niños de 5 a 7 años de edad necesitarán entre 9 y 10 horas diarias de sueño.
- Los niños de 7 a 9 años de 8,5 a 9 horas.
- Los niños de 11 a 12 años entre 8 y 8,5 horas.
No solo a la noche se hace difícil que se duerman los niños, las siestas son hasta más difíciles de lograr.
Durante la etapa de la lactancia, hay que fijarse en pistas que indiquen que el niño tiene sueño, no cuando ya se haya quedado dormido. Estas pistas nos ayudan para dejar que el niño duerma o para mantenerlo despierto hasta que sea la hora de la siesta.
En la primera infancia y la etapa preescolar los niños pueden presentar problemas para irse a dormir la siesta porque a estas edades los pequeños suelen preferir quedarse jugando que marcharse a descansar.
En estos casos hay que enseñarles a adaptarse a esta rutina, así como se hace por la noche. La clave para que se acostumbre a estos horarios es algo tan sencillo como empezar desde pequeños a introducirlos.
Hay que insistir en que se necesita un tiempo de tranquilidad para recargar energía. Si el niño empieza a dar síntomas de enfado, se puede permitir cierta actividad como leer, dibujar, u otras actividades que propicien su relajación y descanso.
Se deben respetar las horas recomendadas de sueño para los niños desde su nacimiento hasta los 12 años porque desde esa edad ya se requieren otras horas de sueño. Los preadolescentes necesitan más horas de dormir, los ciclos del sueño empiezan a cambiar hasta dos horas más tarde al comienzo de la pubertad.
¿Cómo saber si los niños descansan bien?
Para saber si los niños están descansando lo necesario para su edad, los padres deben prestar atención a la calidad del sueño y a los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza
- Dificultad para despertar
- Deseo de querer seguir durmiendo
- Somnolencia diurna
- Duerme en cualquier lugar durante el día
- Problemas de atención y memoria
- Cambios en la conducta
- Mal humor o irritabilidad
Si los niños presentan uno o varios de estos síntomas quiere decir que su sueño es insuficiente o que padecen de algún trastorno del sueño. En este último caso, se debe buscar a un especialista para que ayude al niño a regular su sueño.
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