¿Qué es una cama tatamis y por qué está de moda?

Dormir bien

El estilo minimalista sigue de moda pero con un agregado, hoy menos es más. Prevalecen la simpleza y la practicidad, poca cantidad de elementos, todos funcionales, más plantas y ornamentos ligados a la naturaleza. Así aparecieron las camas tatamis típicas de la cultura japonesa y con una larga historia. Descubre por qué resultan tan atractivas.

¿Qué es una cama tatamis?

Tatami viene de Tatamu, un verbo japonés que significa doblar, en el sentido de lo que se puede doblar y apilar y tiene su origen en el entramado de paja que se usaba en la antigüedad para cubrir el suelo y dormir. O, simplemente, para sentarse y reposar. Hoy, los tatamis son más mullidos y empezaron a reemplazar lo que se llamaba okatami en el siglo XV en las casas de los samuráis.

El tatami cubre todo el suelo y puede ser utilizado como cama, asiento o suelo. Los lugares en los que se practica Shiatsu, por ejemplo, solo tienen un tatami sobre el que la persona se acuesta para recibir masajes que acomoden su cuerpo. Hay un viejo dicho japonés que expresa que medio tatami es para sentarse y uno entero para dormir. 

Si se los apila, se forma un banco bajo que sirve como asiento, si se lo deja tal como se lo consigue sirve como suelo y, si se le agrega un futón o sábanas, se puede utilizar para dormir. La medida estándar es 90 x 1.80cm y es la que regula hasta el tamaño de los cuartos en la arquitectura japonesa.

La cama tatami es una cama casi al ras del suelo, apenas levantada de la superficie para darle aire al futón o shikibuton, que es similar al colchón y sobre el que se disponen sábanas, una colcha o kakebuton y una almohada o makura para que la persona descanse. El futón suele recogerse por la mañana para que el tatami funcione como suelo sobre el que se pondrá la mesa para el desayuno o, se realizarán distintas actividades.

La estética japonesa está directamente relacionada con la cama tatami y los ambientes en los que prevalece la madera de bambú, las esterillas y elementos que están en armonía con la naturaleza. El vacío, el ascetismo, lo simple y poco adornado son parte de esta cultura milenaria que Occidente está tomando como referente a la hora de armonizar, decorar o construir nuevos espacios en cada hogar.

Hay distintas clases de tatami, los que están compuestos por paja de arroz viva, es decir, que sigue liberando oxígeno porque no se ha secado y continúa haciendo el proceso de fotosíntesis. Es una de las maravillas de esta clase de tatami y es consecuencia del tiempo que tarda el proceso de secado de las pajas de arroz. Puede durar muchos años, lo que provoca que el color del tatami vaya cambiando con el tiempo. 

La paja se recolecta, se deja secar un año para que aún esté verde a la hora de formar el tatami pero sin peligro de guardar parásitos. Luego, se realiza una fumigación ecológica para luego ser confeccionado. El punto de secado es muy cuidadoso porque de eso depende el éxito y la duración del tatami.  

Los tatami actuales pueden estar rellenos de poliestireno u otros materiales que aseguran la posibilidad de doblarlo y guardarlo fácilmente pero que son más baratos de producir. Y, más parecidos a los colchones. Lo que se busca es que no pierda su forma ni su razón de ser, por lo que cualquier material con el que se rellene debe ser noble o sin compuestos químicos, fácil de limpiar y de utilizar.

La temperatura del tatami es cálida pero su firmeza es similar a dormir en el suelo. Si estás pensando en que es parecido a un colchón inflable, no lo hagas. Es más parecido a una mat de yoga con relleno firme que a uno de esos colchones. Por eso, se suelen utilizar muchos para cubrir ambientes enteros, uno al lado del otro o apilarse y formar bancos. 

Un detalle importante más allá del uso que se le dé es que nunca se usa calzado sobre el tatami, siempre los pies deben estar descalzos o con pantuflas. Esta pieza fundamental del hogar japonés sigue manteniendo intacta su tradición en la tendencia actual y, se respeta su uso tal como fue concebido.

room with table and windows

¿Por qué está de moda?

El crecimiento de las tendencias relacionadas a lo simple, liviano, ordenado y pulcro creció mucho en los últimos años. Superando el minimalismo clásico, la tendencia gender neutral que hace foco en los colores de un ambiente o los ambientes sin muebles son parte de la nueva generación de aquel movimiento que instaló la preocupación por la funcionalidad ante todo y redujo a lo esencial lo que cada persona debería poseer. 

Es muy similar al “Hacer más con menos”, lo que estableció Richard Buckminster Fuller, el diseñador, arquitecto e inventor estadounidense que puso en relevancia la sostenibilidad y la eficiencia energética. Y que también se encargó de estudiar el sueño. Una cama tatami permite expandir la funcionalidad del ambiente y disfrutar del descanso con pocos elementos.

El uso de las camas tatami se extendió, también, por la moda creciente de eliminar todos los elementos que provocan estrés o ansiedad, especialmente, en la habitación. Esto empezó a tener muchos adeptos con Marie Kondo pero también entre las jóvenes generaciones que buscan más armonía en sus ambientes personales. El objetivo es eliminar todo elemento que preocupa, resulte agotador visualmente, distraiga o perturbe para poder centrar la atención en el descanso, por ejemplo.

Por otra parte, las camas tatami le dan un look casual, despojado y simple a los ambientes. Además son muy útiles en lugares pequeños y, en el caso de los niños pequeños, más seguras porque no existe el peligro de que el niño caiga desde cierta altura. Muchas parejas usan este tipo de cama durante el colecho por ese motivo. Lo que también influyó en la moda y generó más adeptos.Otro motivo es su precio y sus posibles variantes.

Cómo tener una cama tatami

La tradicional japonesa consiste de un tatami, un futón y los elementos que le corresponden a este. Suele ser de paja de arroz pero también tiene otros rellenos que surgieron con su popularidad y gracias a la evolución de la industria. Esto permitió que su precio baje y se pudiera hacer masivo y exportarse a todo el mundo.

En este crecimiento de la moda, cada vez más gente conoce lo que es la cama tatami que tantas veces se ha visto en el cine. En películas como Karate Kid con el señor Miyagi como referente o en cualquiera del Estudio Ghibli estas son las camas de los personajes principales y, además, se ve muy claro su uso y su practicidad. En las zonas rurales de Japón es el tipo de cama más utilizado.

De este modo, así como creció la tendencia, crecieron sus variaciones. En Occidente, la más conocida es la cama de pallets sobre la que se pone un colchón pero, también, está el uso del colchón sommier sobre alfombras mullidas y gruesas. O, los tatamis caseros sobre los que se disponen los nuevos colchones que vienen en cajas. Estos no cumplen con la funcionalidad del tatami y tienen otros modos de limpieza pero, en una visión general, si logran que el ambiente sea similar a los de la cultura nipona.

Los muebles bajos, luces cerca del piso, pisos cálidos, con distintos tapices, maderas naturales, poca ornamentación, paredes despojadas, ambientes más funcionales. Los nuevos ambientes tienden a un uso eficiente de la energía y de los recursos, por eso instalar una cama de tatami puede ser una buena idea. Es importante tener muy en claro cuál es estilo que se busca y con qué recursos se cuenta porque en la actualidad hay colchones muy parecidos a los futon que pueden funcionar bien sobre tatamis y cumplir una función similar.

La cama tatami es ideal para ambientes pequeños o que busquen un estilo ascético pero debe ser importante su higiene. El tatami debe poder limpiarse regularmente y airearse porque si bien están compuestos por materiales que alejan la humedad, requieren del cuidado necesario para su duración. Tanto como una colchoneta de un gimnasio.

Las modas son muy útiles para descubrir elementos de otras culturas y adoptar lo mejor de ellas, aprender y entender por qué han sido parte de sus costumbres e historias. El estilo de vida japonés tiene mucho para enseñar y las camas tatami mucho para ofrecer a la hora del descanso.