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Paso a paso: ¿Cómo limpiar tu manta eléctrica?

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Hay productos que, para su mantenimiento, requieren de un cuidado especial, uno de ellos son las mantas eléctricas. Ya estamos en temporada de usarlas, así que te damos los detalles para ahorres dinero y aprendas a lavarla por tu cuenta.

¡Llegó el frío! Los amantes de las temperaturas bajas están contentos porque ya tendrán mejores motivos para quedarse en casa, abrigarse, encender la estufa, el calefactor o sacar del placard la manta eléctrica. 

Qué buena es la manta eléctrica, dicen los que suelen usarla para aliviar algunos dolores musculares como en la cervical, espalda y hombros. Este aparato es muy útil porque abarca zonas medianas del cuerpo y las calienta en tan solo minutos, pero también hay quienes la encienden para calentar el interior de la cama.

Es una maravilla. Sin embargo, el momento deja de ser divertido cuando tenés que hacerle mantenimiento. No porque no te guste hacerlo, sino porque tienes muy claro que no es tan fácil llevar a cabo esta tarea.

No hay problema, estos consejos te ayudarán a que esta tarea sea menos engorrosa. Seguí leyendo porque te daremos el paso a paso para el mantenimiento de tu manta eléctrica desde la comodidad de tu casa, con lavarropas y también a mano.

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¡Vamos a lavar tu manta!

Paso 1

Desconectá el cable de electricidad antes de lavarla. Todas las mantas tienen un cable de control que va conectado a la energía eléctrica de pared. Es el paso más importante para realizar. Recordá, entonces, apagar la manta, desconectarla y sacarle el cable.

Nunca debes sumergir el cable de control en el agua. ¡No te olvides!

Antes de lavar también asegúrate de que todos los elementos calefactores de cable dentro de la manta estén en su lugar y que ninguno de ellos esté desgastado por el roce con la tela. Si la manta y el punto de conexión está dañado, debes dejar de utilizarla. ¡Presta atención a esto!

Si tu manta no viene con el cable extraíble no podés meterla en el lavarropas, su lavado debe ser a mano, pero no te preocupes que más adelante te damos los consejos para que lo hagas de forma manual.

Paso 2

Verifica los datos del fabricante. Todos los textiles vienen con instrucciones específicas para su mantenimiento. Ahí pueden darte detalles del cuidado del producto.

Paso 3

Remoja previamente la manta. Muchas de las recomendaciones de los fabricantes es que lo hagas entre 5 y 15 minutos con una temperatura de agua específica. Si por alguna razón, el dato del agua no está, utiliza la fría durante 15 minutos.

Paso 4

Lleva tu manta al lavarropas. Los fabricantes no recomiendan un ciclo de lavado completo, será necesario un ciclo suave o delicado. Utiliza una pequeña cantidad de detergente. No agregues ningún otro producto como lavandina, por ejemplo.

Paso 5

Enjuaga y centrifuga por poco tiempo. Los ciclos deben ser cortos. Las recomendaciones son 1 minuto de enjuague y un solo ciclo de centrifugado.

Ahora bien, si por alguna razón no podés usar tu lavarropas. También tenemos la posibilidad de lavarla a mano, quizás no sea tan cómoda, pero es una excelente opción.

Solo debes tomar en cuenta que, si tu manta no tiene el cable extraíble el cuidado debe ser mayor al momento de ponerla en contacto con el agua. Lo más importante es no mover los cables que están por dentro. Usá agua fría, detergente suave y dejá remojando por 15 minutos. Pasado ese tiempo agítala por 2 minutos, exprímela en el agua jabonosa y enjuagá con agua fría.  

Ya lavamos tu manta. Ahora otro paso importante: ¡Vamos a secar tu manta!

Es bueno tener secadora en casa, pero cuando tenés manta eléctrica primero debes verificar el tamaño de tu manta.

Así que acá vamos con el paso 1. El espacio dentro de la secadora debe ser suficiente. La manta debe entrar con normalidad y, una vez adentro, contar con espacio para que pueda hacer el proceso con normalidad. 

De no tener suficiente espacio o una secadora de gran tamaño, lo ideal es secarla al aire libre.

Paso 2

¿Recordás cuando te dije que en la etiqueta debía tener información para el lavado?

 Bueno, en ese mismo lugar también debe haber detalles de cómo es el proceso de secado.

Algunos modelos requieren precalentar la secadora, muy similar cuando lo haces con el horno en la cocina. Las instrucciones en muchos casos indican que seques la manta entre 5 y 10 minutos, no más de ese tiempo, a una temperatura baja.

La manta se retira aún estando húmeda.

Paso 3

Cuando retires la manta, déjala en su tamaño normal. Un truco fácil es con la ayuda de otra persona, los dos con ambos brazos extendidos a lo largo de los bordes opuestos de la manta, estirar poco a poco uno del otro para que la manta alcance su medida normal.

Podés llevarla al tendedero. Tomá en cuenta que la manta debe estar completamente seca para conectarla y usarla.

¡Listo!

Luego de unas horas, podrás usar tu manta con normalidad.

Hay algunos puntos que debes considerar cuando realices el mantenimiento

1. No laves en seco la manta eléctrica. Hay quienes consideran que este modo de lavado es mejor, pero no es recomendable porque los productos químicos que se utilizan pueden dañar el aislamiento que rodean los elementos calefactores de la manta.

2.  No planches la manta después de lavarla porque, nuevamente, puedes dañar fácilmente el aislamiento de sus cables.

3. Antes de usarla, revisá que todos los cables estén en la posición correcta. Usá una fuente de luz brillante para verificar el estado completo de la manta. Los cables deben estar espaciados, y no superponerse.

4. Por último, tené cuidado con las lavanderías. La razón es el calor. En esos espacios las secadoras comerciales pueden calentar demasiado y dañar la manta. Sin embargo, si tenés el cuidado de poner la secadora en su ajuste correspondiente, podés utilizarla sin problemas.

Con estos pasos podrás darle el cuidado que se merece a tu mejor aliado en estos próximos meses de temperaturas bajas y estar en la comodidad de tu casa.