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Lo que dejás en tu mesa de luz habla de tu descanso

Dormir bien

Si la cama es el lugar en el que dejamos apilado nuestro cansancio, y en la almohada depositamos nuestras preocupaciones, en la mesa de luz es el lugar en el que guardamos parte de quiénes somos. Libros, el reloj despertador, papeles, algunos de nuestros elementos favoritos, lápiz, celular, un vaso de agua. En una mesa de luz pueden guardarse infinidad de cosas. Todo depende del interés de quién la posee. Y, por eso, también puede afectar el descanso de los que duermen en esa habitación.

En las habitaciones infantiles es muy común que haya solo una mesa de luz para dos o varios hermanos. Es un territorio de batalla y los elementos que allí se guardan, un campo minado que va cambiando cada día. En las habitaciones de adultos, suele haber una para cada miembro de la pareja, a cada lado de la cama. Y expresa los intereses y pasiones de cada uno.

El mayor problema, que pocas veces tenemos en cuenta, es que cada cosa que guardemos o con la que decoramos la mesa de luz puede afectar mucho el descanso. Estamos acostumbrados a dormir con el celular aunque los neurólogos recomiendan no hacerlo. Lo miramos antes de ir a dormir y es lo primero que agarramos al levantarnos. También queda por ahí la tablet, el despertador y, casi seguro una lámpara.

Todo a la altura de nuestra cara y, por lo tanto, de nuestra vista y muy cerca de nuestros brazos. ¿Quién no se ha movido mucho una noche de sueños intrépidos y derribado un libro, un vaso con agua, el velador? En ese espacio decorativo y útil que conocemos como mesa de luz guardamos secretos de nuestra personalidad y alimentamos nuestras pasiones. Pero no todo puede quedar allí.

mesa de luz

Lo que guardamos en la mesa de luz

No es un elemento que ocupa espacio, la mesita de luz es necesaria para guardar todo lo que necesitamos cada noche. Todo eso nos permitirá resolver una ida al baño en plena oscuridad y, también, nos permitirá mejorar nuestro descanso. Si nuestra mesa de luz es solo un depósito de cosas, nuestra mente absorberá ese caos y no podremos dormir.

Por eso, nuestra mesa de luz tampoco debe estar abarrotada de elementos: ni personales ni decorativos. Lo esencial es una lámpara, un velador que nos permita disfrutar de una luz cálida. O, de una lámpara de luz que acompañe los ritmos circadianos. Este tipo de objeto es ideal porque la luz va cambiando de tono a medida que oscurece. Entonces, por nuestra luz entrará la información de que va pasando el día.

Así no nos expondremos a un tipo de luz que nos agite o desvele. Hay, incluso, lámparas que vienen programas con sonidos del mar o de una selva, de la naturaleza para propiciar un ambiente relajado. La única desventaja es que nos impide leer hasta altas horas de la madrugada. Sin embargo, dispondremos de una luz en el medio de la noche cuando necesitemos prenderla.

Un reloj siempre es una mejor opción que el celular. Además de las ondas que el teléfono celular emana, si antes de acostarnos, lo último que vemos es el celular y, al levantarnos, también, nuestro cerebro recibe estímulos inadecuados. La luz de cualquier pantalla es muy fuerte para finalizar y comenzar el día. Por eso, un reloj despertador analógico es un elemento necesario en la mesa de luz.

Los libros pueden ser una gran compañía cada noche. Para nuestra memoria y atención, el libro es un elemento esencial. Un libro estimula la imaginación y tiene muchos beneficios. Además, puede llevarnos a un buen descanso. No deberíamos leer nada que nos preocupe o nos haga mal pero si lecturas livianas para todas las edades.

Podemos dejar un cuaderno y lápiz por si se nos ocurre algo que necesitemos anotar durante la noche. Escribir 5 páginas diarias antes de acostarnos y al levantarnos incentiva nuestra mente. También puede ayudarnos a dibujar un rato antes de acostarnos o pintar. Cualquier alternativa que evite que acudamos al celular es mejor.

Si Marilyn Monroe usaba 5 gotas del perfume Chanel N°5 para ir a dormir, nosotros podríamos poner, de vez en cuando, una hoja de jazmín en un vaso con agua. Y, así, llenar nuestra habitación de ese aroma. Puede estar en la mesa de luz o en la cómoda, también.

Aquello que no podemos poner en la mesa de luz

No deberíamos guardar cerca ni el celular, ni la tablet, ni el kindle ni ningún otro dispositivo. La luz led, los sonidos que pueden generar, las ondas que emanan no son recomendables para nuestro cuerpo. Por eso, la recomendación es dejarlos lejos de nuestra cama y, si es posible, de nuestra habitación. Si no hay otra opción, hay que tratar de alejarlos de nuestras cabezas para evitar sobresaltos, distracciones, entre otras.

Ramos de flores secas o en agua no son recomendables. En el largo plazo, pueden causar alergias y malos olores si no se las cuida como lo requieren. Lo mismo que plantas purificadoras de aire. Es mejor tenerlas lejos de la cama aunque pueden estar en otra parte del cuarto. No se recomienda colocarlas alrededor de nuestra cama o cerca de la mesita de luz.

Libros del trabajo, anotaciones u otros elementos de trabajo tampoco. Pueden recordarnos el estrés del día, preocuparnos por los demás o inducirnos a sueños o pesadillas relacionadas al trabajo. Nada que nos impida el descanso y el momento destinado a nosotros.

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Lo que hay que tener en cuenta para un buen descanso

Establecer una rutina de sueño es necesario para obtener un mejor rendimiento al día siguiente. Un baño relajante puede ayudarnos a descansar mejor aunque no nos lavemos el pelo. Si es posible, podemos usar un baño relajante de lavanda.

Debemos tratar de acostarnos a la misma hora todos los días para garantizarnos las horas de sueño que necesitamos. Y, además ordenar nuestro día de la mejor manera, establecer rutinas de preparación, comer a la misma hora, enseñarle a nuestro cuerpo que es necesario el descanso.

Podemos dejar un vaso de agua en nuestra mesa de luz si llegaramos a necesitarlo. Y, también una crema para las manos o la cara y hacer en la cama una rutina de cuidado facial. O, lo que necesitemos para poder dormir como unos antifaces de tela que nos cubrirán suavemente los ojos para inducirnos al sueño. 

Algunos accesorios antiestrés también pueden sernos útiles para poder relajarnos antes de conciliar el sueño. O, por ejemplo, pelotas de goma con texturas para poder masajear nuestra nuca y brazos. O, las clásicas almohadillas de lavanda para relajar nuestros párpados.

En la medida de lo posible, se puede escuchar música relajante antes de ir a dormir o sonidos binaurales. Por eso, se puede tener un viejo reproductor al que podemos conectar un pendrive con música tranquila. O, simplemente, programar algunas canciones en el reproductor que tengamos en otra parte de la casa y que se apague automáticamente a la hora de dormir.

Las decoraciones más prácticas para un buen descanso

La mesa de luz debe tener un diseño acorde al de la habitación. Y debe ser parte de un espacio armónico. Sin perder esto, también debe ser funcional.

Una mesa de luz despojada de elementos innecesarios dará la sensación de calma. Y nos permitirá jerarquizar cierta información como las cosas que necesitamos para tener un buen descanso.

Hay mesas de luz estilo minimalistas, antiguas, en madera, de vidrios y madera, con hierro, melanina o combinaciones insólitas. Aunque no lo creamos hay mesas de luz con detalles en oro y diamantes. Y hay mesas de luz que vienen enganchadas a la cama.

Una mesa de luz tiene los detalles elegidos por su dueño así, sobre gustos no hay nada escrito.

Depende del fabricante las opciones que brinde. Es muy útil que la mesa de luz tenga un cajón o dos. Los espacios grandes de guardado no suelen ser una buena opción porque solemos acumular lo que no sabemos dónde guardar.

La luz de noche puede estar en la pared o sobre la mesa de luz. Hay lámparas especiales para la noche como te contamos más arriba. También existen lámparas inteligentes que nos permiten regular la nitidez de la luz desde el celular.

La importancia de la mesa de luz está en su practicidad para que puedas descansar bien. Y cuando hablamos de un buen descanso, también hacemos referencia a aquello que sucede durante la noche. Por ejemplo, si necesitamos levantarnos, si necesitamos anotar una idea o si nos desvelamos y queremos leer. Todos esos elementos que necesitamos deben estar cerca para no obligarnos a prender todas las luces de la casa.