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¿Insomnio o hipersomnio? Los trastornos más comunes que no te dejan dormir

Dormir bien

Muchas veces, dormir poco es el síntoma de un trastorno escondido que debemos saber identificar para poder tratarlo. Hay muchos trastornos del sueño que parecen conductas normales causadas por el estrés, la economía o la vida misma. Pero, en general, tienen más de una causa y deben ser analizados. 

Por eso, es muy importante identificar qué no te deja dormir y cómo podés revertir la situación. Sin más rodeos, descubramos juntos cuáles son los trastornos más comunes:

  • Insomnio. El insomnio está considerado como una de las epidemias de este siglo. Muchos filósofos, sociólogos y médicos escribieron sobre las causas posibles de este padecimiento y las consecuencias que genera en nuestra salud. Puede ser que en los primeros meses de un insomnio crónico sufras cambios hormonales, emocionales y físicos. Pero si esto se extiende en el tiempo, las complicaciones pueden ser más severas.

Es tanto la dificultad de conciliar el sueño como la de mantenerlo. Hay personas que dan muchas vueltas antes de entrar en la primera fase del sueño y otras que llegan pero no pasan a REM o se despiertan antes del sueño profundo.

El insomnio puede ser a corto plazo por estrés, fatiga, toma de decisiones, preocupación, algún factor determinante que nos tenga en vela. Si es a corto plazo dura entre 2 y 3 semanas pero si se vuelve crónico puede permanecer en el tiempo. Por eso, es importante tratarlo y que no se vuelva un mal hábito.

insomnio

Entre los tratamientos hay pastillas que funcionan bien en el insomnio a corto plazo y terapias de luz para afectar los ritmos circadianos en el caso de insomnios crónicos.

  • Hiperinsomnio. Es lo contrario al insomnio. Las personas sufren de cansancio durante todo el día y tienen sueño en cualquier momento. En general, puede ser una afección propia de las personas que manifiestan la necesidad de dormir muchas horas siempre.

La raíz del hipersomnio puede ser problemas a nivel neurológico o enfermedades como la fibromialgia, un mal funcionamiento de la hormona de la tiroides, mononucleosis, obesidad o narcolepsia.

En el caso de los adolescentes y los niños es importante saber que la cantidad de horas de sueño es mayor a la requerida por los adultos. Por eso, los jóvenes pueden dormir 10, 12, 13 horas y despertarse listos para una nueva aventura. En cambio, los adultos suelen dormir menos y, muchas veces, llevan consigo el cansancio que traen los años de experiencia.

La clave del hipersomnio es el estado de cansancio durante el día y la manifestación de sueño, de tener sueño aún cuando se hayan dormido más de 8 horas. Por eso, en general, los tratamientos son para las enfermedades de base que lo causan.

  • Parasomnia. Es una interrupción del sueño pero de manera anormal. Por ejemplo, las personas que pueden hablar, escuchar qué les dice un otro, contestar y seguir durmiendo. Y que al día siguiente, no suelen acordarse qué dijeron y qué escucharon durante la noche o qué estaban diciendo. 

También puede ser caminar totalmente dormido o ser sonámbulo, sufrir de pesadillas continuas, enuresis o convulsiones. O,  hace referencia a los movimientos rápidos de ojos de una persona que está durmiendo, por ejemplo.

Cuando el cuerpo empieza a moverse, el cerebro le da la señal de que está en una situación relajada y descansando para que pare y vuelva a un estado de quietud pero, a veces, esto no funciona.

Para este trastorno no hay un tratamiento determinado pero sí la necesidad de evitar accidentes cuando la persona dormida se mueve sin ser consciente plenamente de lo que está haciendo.

  • Apnea de sueño. Uno de los síntomas de esta afección es el ronquido pero no es el único. La apnea es potencialmente grave porque paramos de respirar unos segundos y comenzamos a hacerlo una y otra vez. Una persona que ronca puede sentirse cansada al día siguiente y esto se debe a los intervalos de respiración que hace sin saberlo.

La más común es la Apnea obstructiva del sueño en la que los músculos de la garganta se relajan tanto al dormir que producen el ronquido. La que le sigue es la Apnea central del sueño que involucra al cerebro. Este no envía las señales que necesitan los músculos de la respiración para funcionar correctamente.

Y, por último, está el síndrome de apnea del sueño complejo que es cuando se dan en una sola persona los dos tipos de apnea.

En algunos casos, la vía respiratoria puede estar bloqueada o funcionando mal por algún motivo que necesitás conocer. Las causas pueden ser acumulación de grasa en la zona superior del abdomen, pérdida del tono muscular de la zona de la garganta y del sistema respiratorio y, obesidad, que también puede ser una consecuencia.

Por eso, es importante saber si padecemos alguno de estos trastornos y acudir a un especialista. La Apnea se mide registrando las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco y la respiración.

  • Cambios en el ritmo de sueño. Es muy frecuente con el jet lag, el desfase horario que se da en viajes o, con cambios bruscos de rutinas, sobre todo, la del sueño. O, cuando el ciclo circadiano pierde su estructura. Por ejemplo, las personas que trabajan en turnos rotativos y duermen dos noches y 5 días.

También se da en personas que duermen más o menos de lo que piensan o sienten que hacen. A esto se le llama insomnio paradójico. O, en las que se acuestan muy tarde pero son capaces de levantarse al mediodía o viceversa, en adultos mayores de 60 años que se duermen muy temprano y pueden empezar su día a la madrugada.

hipersomnia

Cuando las horas que pasan entre el sueño y la vigilia no son constantes, nuestro ritmo se ve afectado y se generan estos trastornos.Por eso, es importante prestarle atención a los hábitos, porque son acciones repetidas todos los días, durante casi toda nuestra vida, que pueden brindarnos mejor o peor salud.

  • RLS o Síndrome de las piernas que se mueven. Suele ser hereditario y consiste en la sensación de picor u hormigueo por las piernas o los pies. Las personas que lo sufren mueven las piernas en forma constante durante el día y lo siguen haciendo a la hora de acostarse.

Si bien puede darse a cualquier edad, suele verse en las personas muy mayores. Y el tratamiento es farmacológico, con pastillas que afectan al neurotransmisor que es la dopamina.

  • Narcolepsia. Consiste en  “ataques de sueño” que duran desde segundos hasta 30 minutos. Se suelen ocasionar en el día más allá de lo que la persona haya descansado la noche anterior. 

Las personas que sufren esta afección pueden tener alucinaciones, parálisis temporal, pérdida del control muscular si están emocionalmente inestables y vivir alteraciones del sueño también durante la noche.

Es hereditaria pero también puede ocasionarse luego de sufrir algún traumatismo en la cabeza. Y se trata con medicamentos que pueden ser estimulantes y antidepresivos.Siempre depende de lo que cada persona necesite y del grado de severidad que la aqueja.

Por qué los trastornos

Pueden ser hereditarios o causados por una vida agitada. Sea cual sea la causa, muchos síntomas pueden desaparecer o disminuir con ejercicios de relajación. Entrenar a nuestro cerebro para que desarrolle una respuesta de relajación será muy importante en los próximos años.

Por eso, si te gusta vivir en ciudades pero estas te resultan ruidosas y te impiden llevar una vida tranquila, es necesario contrarrestar el malestar con acción. No hay que dejar pasar ninguna afección, tratarla en el momento que se necesite y generar hábitos saludables.

Mientras más álgido sea el ritmo que llevamos y más sedentario el día a día, más son las chances de sufrir muertes prematuras o enfermedades causadas por una descompensación del organismo.

Mejorar la calidad de vida es mejorar el sueño

Habitar la casa, encargarse de mantener en orden la habitación, darle a la cama el lugar de importancia que merece en la vida son tareas claves. Es que el comportamiento de nuestro cerebro es versátil y flexible pero depende de cómo descansemos. Y de cómo descansemos depende la vida que podemos llevar adelante.

Por eso, los rituales, acostarse al anochecer y levantarse cuando el sol está apareciendo, comer más a la mañana, menos a la noche, meditar, hacer ejercicios de respiración consciente son pequeñas acciones que pueden ser útiles para que cambies tus noches.