woman sleeping on sofa with throw pillows

¿Dormir en un sofá es malo?

Dormir bien

Ventajas y desventajas de quedarte dormido en el sillón alguna que otra noche.

A veces, simplemente sucede: llegás a casa después de un largo día de trabajo, cenás y te quedás irremediablemente dormido en el sillón, quizás en el medio de una película o tu serie del momento. Despertás a la mañana siguiente con la ropa puesta, sorprendido de tu sueño profundo con el control remoto en la mano. 

En otras circunstancias, el sofá parece la mejor opción para lograr un descanso continuado. Tal vez porque tenés un bebé y necesitás estar al pendiente de sus necesidades, o porque tu pareja parece estar roncando un poco más de lo habitual. O porque, por alguna razón, te sentís más cómodo acostado allí que en tu propia cama. En cualquiera de estos escenarios, la pregunta es: ¿Es bueno para la salud? ¿Cómo afecta el sillón tu higiene del sueño? 

Originalmente, los sofás se pensaron para conseguir un estado de relajación y suavidad al sentarse. No están diseñados específicamente para dormir en ellos, pero pueden cumplir esa función. En sí, quedarse dormido en el sillón no es malo. Incluso, muchas personas experimentan una calidad superior de descanso al acostarse allí. 

Los problemas surgen cuando se vuelve una práctica habitual o la única manera de conciliar el sueño. En tal caso, es preciso revisar qué está sucediendo con los rituales de preparación para el descanso, el estado de la cama o posibles condiciones de salud, para descartar otras razones que estén interfiriendo a la hora de dormir.

Una siesta en el sillón no le hace daño a nadie. De hecho, está comprobado que tomar siestas -siempre y cuando se sostenga la práctica cotidianamente- no interfiere con el descanso por las noches. Quizás sea justo lo que necesites para sentirte con más energía durante el día. 

Pero ese no es el único beneficio de dormir en el sofá. Si estás pasando por un resfrío, acostarte en el sillón con el pecho a mayor altura que las piernas, puede ayudarte a respirar mejor y descongestionar tu nariz y boca. Si tenés mucha fiebre, procura ponerle sábanas para que drenen y ventilen el sudor. 

dormir en sofa

También puede ser beneficioso en pequeñas dosis para aquellas personas que sufren de insomnio. Acostarse en un nuevo ambiente o entorno por algunos días ayuda a que el cerebro se recalibre, permitiendo una relajación más rápida y profunda. El “lado B” de esta práctica es sentirse demasiado cómodo en el sofá…tanto que ya no quieras (o directamente no puedas) volver a dormir en tu cama. 

Si te estás acostumbrando a dormirte en el sillón, es importante que sepas qué efectos negativos produce en tu cuerpo. Durante unos pocos días o para las siestas, el sofá es inofensivo. Pero si se vuelve necesario para descansar, es hora de revisar qué está sucediendo:

  • Dolores de espalda y cuello: Dormir con la cabeza recostada en el apoyabrazos puede generar intensos dolores en la zona cervical, que afectan en mayor o menor medida el funcionamiento de toda la columna, provocando otra clase de molestias.

Aún con la almohada apropiada pueden aparecer estas incomodidades, porque no siempre el diseño de los sillones contempla la posibilidad de una buena sesión de descanso en ellos. En la actualidad existen muchos sets de sofás que pueden convertirse en cama o que, con sólo quitar los almohadones, ofrecen una superficie lo bastante firme y confortable para echarse a dormir. La postura al acostarse también influye mucho en la aparición de estas dolencias, por lo que se recomienda estirarse al máximo y brindarle al cuello un suave soporte para dormir. 

  • Dolor en las piernas: Esto sucede por varias razones. Principalmente, porque tus piernas son más largas que la extensión del sillón y terminan “colgando” desde el apoyabrazos o en diagonal hacia el piso, fuera de la superficie del mismo. Por la misma razón podés terminar flexionando las piernas para que “entren” en el sofá, adquiriendo una posición poco favorable para tu cuerpo. 

Aunque en ciertos casos, cierta elevación de las piernas puede contribuir a la circulación sanguínea, a la larga produce esta clase de inconvenientes que conducen a entumecimientos y hormigueos.

  • Inseguro para bebés: La idea de dormir abrazando a tu bebé puede ser muy cálida y amorosa. Incluso, podés sentirte muy relajado de tan solo pensarlo. Aunque esto suceda en ciertas ocasiones, convertirlo en un patrón diario no es lo más recomendable para la salud de tus hijos, ya que la superficie blanda y suave del sillón incrementa las chances de sofocación en niños menores al año. Lo ideal es que compartas ese momento de amor y tranquilidad con tu bebé, pero que lo acomodes en su cuna o en un colchón firme en cuanto empieces a sentirte somnoliento. Si creés que al atenderlo en medio de la noche es muy probable que te quedes dormido con él en el sofá, intentá que otro adulto esté al pendiente para evitarlo. 
  • Mala calidad del sueño: La mayoría de las veces, despertarse en el sillón significa quedarse dormido mirando la televisión. Esto, sumado a que suele estar en un lugar concurrido por toda la familia o de paso entre las habitaciones, aumenta considerablemente la posibilidad de despertarse varias veces por movimientos ajenos. La presencia de ruidos durante el descanso dificulta la entrada a la fase REM, el proceso en el cual la mente realiza funciones relacionadas con la memoria, el aprendizaje y en donde se generan los sueños. También puede provocar sobresaltos, sueño interrumpido y pesadillas.
es malo dormir en el sofa

¿Cómo dormir bien en tu cama?

Si sentís que descansas mejor en el sillón y tu cuerpo naturalmente busca acostarse allí, es hora de chequear qué está pasando en tu habitación. Hay muchos factores que pueden alterar tu sueño y muchos de ellos tienen que ver con el entorno en el que te acostás.

Dormir en un espacio que te genere tranquilidad y relajación es tan importante como tener el colchón y la almohada correctos. Un cuarto abarrotado, desordenado, ruidoso, demasiado frío o demasiado caluroso puede ser la causa de tu desvelo. 

Es necesario que el sitio donde ubicás tu cama esté específicamente destinado a distenderse y relajarse. En lo posible, dejar afuera teléfonos, computadoras, trabajo, obligaciones, pendientes…todo lo que interfiera con el necesario descanso que te merecés.

Si usás tu pieza para trabajar, para “rumiar” sobre tus quehaceres, deberes o preocupaciones, es muy probable que no se sienta como un espacio confortable y seguro, destinado al relax. Es vital crear ese espacio emocional y mental para que tu cuerpo pueda relajarse convenientemente. 

El tipo de colchón que tenés es crucial para tu descanso. Si te está costando trabajo quedarte dormido o te despertás varias veces por las noches quizás estés necesitando cambiarlo, conseguirte otra cama/soporte o al menos, hacerle algún tipo de reparación. Recordá que la vida útil de los sommieres no supera los diez años; si hace más tiempo que tenés el tuyo definitivamente es momento de renovarlo. 

Las almohadas también contribuyen al descanso apropiado. Buscá las que mejor soporte y mayor comodidad te brinden y tené en cuenta que podés utilizarlas tanto en tu cuello como en la parte baja de la espalda o entre las piernas, para que sostengan mejor la distribución total de tu peso.

Lo mismo sucede con las sábanas, cuanto más suaves y sedosas se sientan al tacto, más aumentará la sensación de bienestar y relajación necesaria para tener un sueño reparador. Si sufrís mucho el calor o el frío, podés conseguirlas más finas o gruesas, dependiendo el caso. 

Establecer rutinas de confort antes de irte a dormir también te va ayudar a sentirte más cómodo en tu habitación y conciliar el sueño rápidamente. Ponerte ropa cómoda al llegar a casa, evitar usar pantallas al menos una hora antes de ir a dormir, tomar un té relajante y una cena ligera, leer un libro, escuchar música suave, prender velas aromáticas. O podés darte un baño caliente con sales, una ducha, meditar o tomarte unos minutos para respirar con conciencia. 

Un sueño saludable es fundamental para sentirte bien todos los días, mantener alejadas a las contracturas y enfermedades y disfrutar mucho más de tus actividades. Es clave que incluyas en tus rutinas un descanso apropiado y momentos de relajación. Teniendo en cuenta algunos de estos tips, podrás dormir mucho mejor en tu habitación sin terminar quedándote dormido en el sillón a la luz de la TV.