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¿Cuál es el mejor colchón para un bebé?

Dormir bien

La llegada de un nuevo integrante a la familia hace que los padres se ocupen con mucha dedicación y amor de su habitación. En ese sentido, no sólo la decoración es lo que les preocupa también dónde y cómo va a descansar su bebé. Pero, ¿qué tener en cuenta a la hora de elegir un colchón para los más pequeños? 

Lograr dormir bien y descansar es una de las preocupaciones más comunes de los adultos que sufren de insomnio. Buscan información o consultan al médico para solucionar ese problema que los complica todas las noches. Entre las alternativas, encuentran prácticas que los ayudarán a dormir bien como meditar, escuchar música, elegir un colchón adecuado, etc. 

Pero si bien son la mayor parte de la población que busca alternativas para alcanzar el sueño, no son los únicos de los que ocuparse. También hay otras etapas de la vida en las que hay que procurar un buen descanso, es el caso de los bebés por ejemplo. 

Es muy importante fomentar la rutina del dormir bien desde pequeños, acostumbrarlos a realizar ciertas actividades antes de dormir y generar un ambiente adecuado para lograr un buen descanso. 

Los especialistas dan los mismos consejos que a los adultos para la hora de dormir de los bebés, con algunas diferencias mínimas que se deben a la edad. Para que los bebés puedan alcanzar el sueño y que no se interrumpa tantas veces, debemos tener en cuenta lo siguiente: 

  • Crear un ambiente relajado: si bien durante las primeras semanas de vida, los bebés se duermen en cualquier lugar pero es importante que de a poco se vayan acostumbrando a cuál es el lugar indicado para hacerlo. 

Por eso se recomienda que la habitación sea un lugar libre de ruidos o estímulos que lo mantengan alerta. 

  • Cuidar la iluminación: Es muy común que los padres dejen una luz prendida en la habitación del bebé durante la noche porque creen que pueden tenerle miedo a la oscuridad.

Sin embargo, se recomienda no hacerlo para que el bebé comience a diferenciar el día de la noche y que identifique a la oscuridad como una señal de que es hora de dormir. Los especialistas afirman que la oscuridad ayuda a liberar serotonina lo que colabora con el sueño y la vigilia. 

  • Tener cuidado con lo que lo rodea: debemos prestar atención a la ropa de cama y a los objetos que rodean el lugar en el que duerme el bebé. Se recomienda no acostarlo sobre superficies blandas y porosas como almohadas, edredones, colchas, mantas, cojines e incluso tener cuidado con los peluches, ya que estos elementos pueden bloquear sus vías respiratorias si por un movimiento su cara queda entre ellos. 
  • Propiciar una temperatura agradable: La temperatura de la habitación del bebé debe estar entre 20 y 22º C, lo que va a depender de la época del año y de la ropa que lleve el bebé a la hora de dormir. De cualquier manera, se recomienda que la cuna no esté cerca de puertas, ventanas u otras corrientes de aire. 
  • Dormir cerca: si los bebés tienen su cuna cerca de los padres se sienten más seguros y pueden relajarse y disminuir su ansiedad. Esto va a ayudar a que puedan conciliar el sueño más rápidamente.
  • Prestar atención a la alimentación: se cree que la leche de fórmula ayuda a dormir a los bebés y a tener un sueño profundo. Pero en realidad, esta leche es más difícil de procesar y la digestión llevará más tiempo, lo que demorará el sueño por sentirse pesado. Por eso los pediatras recomiendan darle leche materna antes de dormir que por su composición no interrumpe el sueño del bebé y ayuda a que logre un sueño más profundo. 
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¿En qué posición debe dormir un bebé: de lado, de costado o boca arriba?

La posición en la que debe dormir un bebé es una preocupación en los padres, sobre todo en los primerizos que tienen miedo de poner en peligro a su hijo. Es un tema que sigue en discusión y fue estudiado por los especialistas a lo largo de los años. 

Los pediatras recomiendan que el bebé duerma de cúbito supino, es decir, boca arriba y con la cabeza ladeada hacia la derecha o hacia la izquierda. Esta posición se aplica a todos los bebés durante el primer año de vida y sobre todo debe respetarse durante los primeros seis meses de vida en los que el riesgo de muerte súbita es más alto. 

Esto se debe a que los bebés que duermen boca abajo o de costado tienen mayor riesgo de muerte súbita. Cuando el bebé se acuesta boca abajo inhala menos oxígeno y respira más dióxido de carbono, ya que el aire expulsado se acumula en la tela de la sábana alrededor de su boca y nariz. Desde que se comenzó a recomendar esta postura, la tasa anual del síndrome de muerte súbita del lactante bajó un 50%. 

Durante la noche deben estar boca arriba y variar el lado hacia el que gira la cabeza, pero en el día debemos variar la postura del bebé. Estos cambios de posición, ayudarán a evitar la plagiocefalia, es decir, el aplanamiento de una parte de la cabeza que se produce por estar apoyada siempre de un mismo lado.

En el día se recomienda acostarlo boca abajo ya que esto permitirá que desarrolle el control de su cabeza y fortalezca los músculos de los hombros, los brazos y la espalda. Esto último, según los especialistas, hace que aprendan a gatear y a caminar en menos tiempo. 

Cómo elegir el mejor colchón para un bebé

Cuando elegimos un colchón debemos tener en cuenta entre otras cosas, la edad de la persona que va a descansar en él. Por ejemplo, los bebés no tienen las mismas necesidades de descanso que los adultos. Ellos deben dormir en un colchón que se adapte a su morfología para dormir bien. 

Estos son los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un colchón para un recién nacido: 

Medidas

Para un bebé de 0 a 5 años es ideal un colchón de 60 x 120 cm, mientras que un colchón de 70 x 140 cm se puede adaptar a niños de 0 a 7 años por lo que será útil dos años más. 

Además, la mayoría de las cunas pueden adaptarse a las necesidades de cada etapa del bebé. Cuando lo consideres necesario y el bebé no esté en peligro se pueden retirar dos o tres barreras de la cuna para que pueda bajar de la cama por sí solo, y más adelante retirar los laterales de la cuna para tener una cama más grande. 

Grosor

El grosor del colchón de un bebé debe ser de entre 12 y 18 cm porque su peso es ligero y no será necesario que el grosor sea mayor. Es preferible elegir un colchón con materiales de calidad y del espesor adecuado que uno muy alto que no garantiza mejor calidad ni mayor descanso. 

Densidad

La densidad tiene relación con la firmeza, y un bebé necesita un colchón bastante firme para sostener su cuerpo y para tener un buen crecimiento. Es recomendable que la consistencia del colchón sea de entre 20 y 22 kg/m³. Se debe respetar esto ya que un colchón de menor densidad será demasiado blando y uno superior demasiado duro. 

Composición 

Se recomienda que el colchón del bebé esté compuesto por espumas naturales. Los 4 tipos de espuma más utilizados son: 

  • La espuma de alta resiliencia: por su alta calidad esta espuma permite un buen confort y una firmeza adecuada. Es ideal para los que buscan una buena relación entre calidad y precio.  
  • Látex: los colchones en látex aportan gran comodidad, flexibilidad y además son anti-ácaros. Tienen mayor duración que otros colchones, pero suelen ser más caros. 
  • Espuma de poliuretano: esta espuma se adapta a los puntos de presión y crea zonas de confort. 
  • Fibra de coco: es un material ecológico que impide la aparición de humedad por lo que deja circular el aire y evita la aparición de bacterias y ácaros.

Aunque los colchones de espuma viscoelástica son muy populares por los beneficios que aporta no son recomendables para los niños. Este material es demasiado blando y un niño en pleno crecimiento debe descansar sobre un colchón más firme.

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Certificaciones

Si estamos buscando lo mejor para el descanso de un bebé debemos tener en cuenta las certificaciones y sellos de los colchones que dan garantía de calidad. Tanto la funda como el colchón tienen que tener los certificados Okeo Tex o Certipur, sellos internacionales líderes en certificación de componentes textiles.

Estos sellos dan garantía de ausencia de sustancias nocivas que puedan ser un riesgo para la salud de los bebés. Los colchones que tienen estas certificaciones han sido fabricados a partir de materiales no nocivos, antialérgicos, hipoalergénicos, sin disolventes y con un bajo impacto medioambiental. Además, la funda que lo recubre debe contar con el certificado Allergostop lo que garantiza su eficacia al 99,9% contra los alérgenos y ácaros.