5 Recomendaciones para mejorar la calidad de descanso en niños y bebés

Bienestar Dormir bien

El buen descanso en niños y bebés es fundamental para su crecimiento, pero también para que toda la familia pueda desarrollar su rutina diaria de forma armónica y saludable.

Descanso de niños y bebés

Muchos papás y mamás se enfrentan al desafío de lograr un buen descanso de los niños y bebés del hogar.

En general, conocemos que dormir las horas adecuadas es clave para el bienestar y desarrollo físico, cognitivo y emocional de los pequeños.

También lo es para mamá y papá. Un niño que no duerme bien, es un padre desvelado. 

Esa condición se refleja, no solo en las ojeras, sino también en tu rendimiento y carácter.

A lo largo de este artículo queremos brindarte algunas herramientas para que tu hijo o hija logre tener un mejor descanso.

Importancia del descanso para niños y bebés

El descanso en niños y bebés desempeña un papel fundamental en su crecimiento, desarrollo y bienestar en general.

Aunque de manera externa solo veas a tu pequeño rendido, por dentro su cuerpo y cerebro está procesando información, consolidando datos, reparando células y restaurando tejidos. Algunos beneficios del buen descanso en niños y bebés son:

  1. Crecimiento y formación de los huesos
  2. Robustecimiento del sistema inmune
  3. Consolidación de la memoria
  4. Fortalecimiento de las conexiones neuronales
  5. Aprendizaje, atención y concentración
  6. Regulación de los niveles de hormonas relacionadas con el stress
  7. Equilibrio emocional
  8. Mayor energía y vitalidad
  9. Menos riesgo de diabetes y obesidad
  10. Apetito equilibrado

Todos estos beneficios hacen que valga la pena buscar herramientas, recursos y formas para que los niños y niñas del hogar tengan un descanso de calidad.

¿Cuánto tiempo debe dormir un niño?

Seguramente te pasó de preguntarte si era normal que tu hijo durmiera más de ocho horas o menos que eso. 

Esto sucede porque el descanso del niño es diferente al del adulto, cambia y se modifica en la medida que crece y se desarrolla. 

Incluso alguna mamá o papá puede sentir que no termina de acostumbrarse a un ritmo que ya la etapa del niño cambia y debe adaptarse nuevamente.

La tabla genérica de horas de sueño saludable de un niño es:

  1. Recién nacidos (de 0 a 3 meses): Se estima entre 14 y 17 horas de sueño de manera entrecortado a lo largo del día por la alimentación y el cambio de pañales.
  2. Bebés (de 4 a 11 meses): Entre 12 y 15 horas de sueño durante el día y la noche. Descansan periodos más largos durante la noche y hacen varias siestas durante el día. 
  3. Niños pequeños (de 1 a 2 años): Descansan entre 11 y 14 horas diarias. Esto incluye una siesta que puede durar hasta 3 horas.
  4. Niños en edad preescolar (de 3 a 5 años): Duermen entre 10 y 13 horas. Por lo general, siguen teniendo una siesta que puede durar de 1 a 2 horas.
  5. Niños en edad escolar (de 6 a 12 años): Descansan entre 9 y 12 horas. La siesta se vuelve más corta. 

Es importante aclarar que no todos los niños son iguales. Algunos duermen más, son menos dispersos o su sueño es más profundo que otros.

Por eso, no es necesario preocuparte si tu hijo o hija descansa diferente a su hermano o primo. 

Acá lo importante es que puedas ver el patrón y reconocer cuándo cambia y su causa.

Aún así, siempre es bueno consultar con el pediatra si lo que observas es llamativo o tiene un mal descanso de manera prolongada. 

5 Recomendaciones para mejorar el descanso de niños y bebés

Hasta el momento todo fue teoría y, por eso, posiblemente te sigas preguntando cómo podés ayudar a tu pequeño niño o bebé a dormir las horas que necesita su bienestar físico y mental.

Para ayudarte con esto preparamos una guía de cinco pasos. 

Sin embargo, es muy importante que cada recomendación que te brindemos las adaptes a la personalidad de tu hijo o hija e, incluso, puedas ajustarla a la rutina y necesidades de la familia.

1. Tener una rutina de sueño

Todos los especialistas coinciden que un factor clave para que el niño concilie el sueño de manera rápida y profunda, es teniendo una rutina de sueño.

Una rutina de descanso consiste en establecer una hora regular para acostarse y levantarse. Esta rutina puede incluir ritos, que son actividades que anticipan el tiempo de descanso.

Mantener un horario habitual para dormir que incluya las mismas actividades todos los días, prepara el cuerpo y mente del niño, le permite relajarse y le ayuda a quedarse dormido rápidamente.

Algunas actividades que podés incluir en su rutina de descanso son:

  1. Leer un libro
  2. Cantar una canción
  3. Acomodar los juguetes
  4. Darse un baño calentito
  5. Hacer ejercicio de estiramiento
  6. Lavarse los dientes
  7. Tomar leche tibia
  8. Rezar o meditar

Junto a estas actividades podés agregar otros elementos como, por ejemplo, bajar las luces de la casa, hablar en voz baja o apagar las pantallas y música.

 2. Crear un dormitorio funcional al descanso

Otro aspecto fundamental es que el niño tenga un entorno que le facilite dormir

Aunque a veces le damos poca importancia, existen muchos elementos que pueden dispersar y complicar el sueño del niño.

Un dormitorio infantil funcional al sueño debe tener:

  1. Una cama cómoda
  2. Una temperatura adecuada
  3. Sin luces brillante (más bien, luz baja)
  4. Paredes de colores pasteles
  5. Estar ordenada y limpia
  6. Decoración simétrica
  7. Silenciosa
  8. Limpia

En definitiva, debe ser cómoda y libre de distracciones. Un niño enfrenta desafíos muy similares a los que tiene un adulto a la hora de dormir.

 3. Establecer hábitos saludables

Lo hemos mencionado varias veces en otros artículos: lo que hagas durante el día se verá reflejado en tu descanso nocturno.

La calidad de sueño está vinculado a los buenos hábitos. Posiblemente, los que impactan de manera más significativa en el descanso son la actividad física y la alimentación equilibrada.

Un niño debe hacer ejercicio de manera regular para cansarse físicamente. Te sugerimos alentarlo a participar de actividades adecuadas a su edad, como jugar al aire libre, practicar deporte o bailar.

Además, es importante que lleve una dieta saludable. Evitá que consuma bebidas y comida que contenga azúcar, sobre todo si está cerca del horario de dormir.

Adquirir buenos hábitos no sólo le ayudará a tener un sueño más reparador, también se sentirá mejor física y mentalmente.

 4. Evitar la exposición de las pantallas

Estamos seguros que ya escuchaste a otros especialistas hablar del impacto negativo que tiene en los niños y niñas el consumo excesivo de aparatos electrónicos como tablets, teléfonos y televisor.

También sabemos que es difícil limitar las pantallas. Hace tiempo que forman parte de nuestras vidas cotidianas y restringirlas se vuelve casi imposible.

Sin embargo, si realmente querés facilitar tu descanso y el de tu pequeño, es necesario buscar una estrategia y poner toda la voluntad para evitarlas antes de ir a la cama. 

Algunos consejos que pueden ayudarte a eliminar las pantallas antes de dormir son:

  1. Establecer horas de “libre pantalla”, donde todos los equipos de la casa se apaguen
  2. Crear zonas “libres de pantalla”, como pueden ser el dormitorio y el baño
  3. Fomentar otras actividades recreativas, como lectura, manualidades, juegos de mesa y conversaciones
  4. Educar con el ejemplo, apagando tu celular y participando de las actividades junto a los niños
  5. Explicar sobre los efectos negativos y buscando alternativas y soluciones en conjunto

Te aseguramos que al crear un entorno de uso de pantallas limitado, estarás fomentando el desarrollo integral de tu hijo y contribuyendo a un mejor descanso.

5. Brindar seguridad emocional

Finalmente, pero no menos importante, el buen descanso de tu niño o bebé mejorará en la medida que se sienta tranquilo y relajado al momento de dormir y en su lugar de descanso.

Es muy importante que escuchés de manera activa los miedos y preocupaciones que tu hijo pueda tener antes de acostarse. Validá sus sentimientos y ofrecé palabras de tranquilidad y apoyo.

Un beso, un abrazo o algunas cosquillitas antes de dormir pueden hacerlo sentir amado y brindarle la fuerza que necesita para enfrentar la noche.

Recordá tu infancia y lo inmensa y profunda que podía parecerte la habitación oscura.

Podés contarle tus temores de la infancia para crear confianza y comunicarle tu apoyo, cuidado y consuelo.

Solo un poquito de paciencia será suficiente para que tu hijo o hija se sienta más seguro y cómodo a la hora de dormir.

Descanso de niños y bebés

Conclusiones

El descanso en niños y bebés es indispensable para su crecimiento, desarrollo y bienestar en general.

Si bien, existe una tabla genérica de cantidad de horas de sueño adecuada según la edad, es importante reconocer que cada niño es diferente y tiene necesidades de descanso individual.

Los factores claves para promover un sueño de calidad en tu pequeño son:

  1. Tener una rutina de sueño
  2. Crear un dormitorio funcional al descanso
  3. Establecer hábitos saludables
  4. Evitar la exposición de las pantallas
  5. Brindar seguridad emocional

Trabajando en estos cinco puntos te asegurás una familia completa con buen descanso y excelente bienestar físico, mental y emocional.